Parece ser que las araucarias, conífera muy abundante durante el Jurásico, pudieron ser uno de los alimentos más energéticos que pudieron consumir entonces los grandes dinosaurios hervíboros. Hasta ahora se creía que estas plantas no serían lo suficientemente energéticas, pero la clave está en la forma en que eran digeridas. Lo han demostrado un grupo de biólogos alemanes y suizos que han simulado el estómago de un dinosaurio.
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