El papel de los insectos polinizadores durante el Cretácico fue fundamental para favorecer las dispersión y diversidad de las plantas con flores durante el Cretácico Superior. Estas conclusiones se basan en las evidencias extraidas de estudio sobre polen fósil de unos 96 millones de años en EEUU, combinadas con los cambios estructurales que ya se sabía que habían sufrido las plantas con flores en ese periodo.
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