Se trata de cuevas de unos 500.000 años realizadas por Scelidotherium, un perezoso gigante pleistoceno. en la cueva, con una estancia principal y un tunel de acceso, se observan las marcas de las zarpas de las que supuestamente se ayudó el ocupnate del habitáculo.
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Nunca un cientifico ha quemado a un religioso por afirmar a Dios sin pruebas. Manuel Toharia.