Esta hipótesis retrasaría en 700 millones de años el origen de la vida, situándola solo 400 millones de años después de su formación y en un momento anterior a la lluvia de asteroides, lo que descartaría su procedencia extrateterrestre. Esta fecha surge del estudio de fragmentos de circón con un insual contenido en carbono ligero (isotopo 12), normalmente relacionado con la vida.
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