Este ejemplar de Barosaurus solo estaba disperso en varias cajas de la colección del mismo museo. Ocurrió en el Museo Real de Ontario (Canadá), cuando uno de sus conservadores viajaba a EEUU con el fin de adquirir un saurópodo para la colección del museo y leyó en una revista que lo que buscaba estaba ¡¡en su propio museo!!, solo que disperso en varias cajas de la colección y sin que nadie lo hubiese indicado en las etiquetas.
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