Los restos, que incluyen fragmentos del cráneo, fue extraido el pasado verano en el archipiélago noruego de Svalbard, a unos mil kilómetros del Polo Norte. Se trata de un reptil marino (y por tanto no un dinosaurio, ni mucho menos un tiranosaurio como anuncian algunas fuentes*) del Jurásico Superior que pudo alcanzar los 10 metros de longitud y las 15 toneladas de peso.
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